En el mundo del rock n’ roll, algunas veces el éxito es simplemente inmediato. Todo lo que se necesita es lograr un solo hit o bien lograr una buena exposición ante el público.
Esta es la formula para levantarse desde cero hasta la mismísima ubicuidad. Para otras agrupaciones, se requiere de un proceso mucho más lento, de lanzar un disco tras otro disco, hasta que llegue ese glorioso momento que les acerque a la cima.
La diferencia de estos grupos, es Muse, quienes se manifestaron como una enorme bengala tras la promoción de su último CD, The Resistance, trabajo que les sacó de la corriente en la que nadaban al lado de otras bandas de Indie – Rock, hasta el flujo de las superestrellas internacionales.
Para aquellos que hemos seguido muy de cerca la evolución de estos chicos, os comentamos que las señales siempre han estado ahí, visibles.
Comenzando por las influencias que mueven su música. Influencias que no se limitan solamente a la pura experimentación, sino a trabajar con conceptos diferentes a su cultura, pero siempre propios de la formula del éxito comercial. Nos referimos a bases electrónicas fusionadas con sus famosas baladas tipo Arena Rock, lo que al final, es muy lógico que se apodere de aquellos que juegan con este tipo de elementos y que no haga nada más, que lograr su propia evolución.
Además de ello, parece que Muse sabe lo que quiere y lo más importante… sabe como conseguirlo. Prueba de ello son otros tipos de estrategias con las que han trabajado.
Como el hecho de no separarse de los escenarios por tiempos indefinidos. Esto lo hacen con el objetivo de mantener e incluso incrementar su planilla de seguidores.
Otros tips que hemos descubierto en Muse, es la promoción de vídeos con contenido interesante, la inclusión ocasional de temas alternativos publicados únicamente en las radios y el aporte de sus música en películas taquilleras, como las canciones que prestaron a la saga de Twilight.
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